ARTICULO ORIGINAL NUTRICIÓN (México, D.F.) 2012;
ANOREXIA EN ADOLESCENTES:
TRASTORNO DE LA ALIMENTACIÓN
BERTHA M. ALVAREZ DULCHÉ, MARÍA
J. GANCEDO ARAUJO, MARÍA T. BRAM FALCÓN,
MARIELLE MAYORGA OCHOA, RAÚL MANCERA NAVARRETE
Universidad
del Valle de México, Campus Lomas Verdes, Ciencias de la Salud, (México, D.F.)
Resumen:
Los trastornos alimenticios hoy se han convertido en una pandemia. Mucha gente
los presenta, en especial la anorexia en adolescentes; se ha visto 4, 235 casos
detectados en mujeres adolescentes, en el 2007; las cuales han aumentado a
través de los años. Por lo que en este artículo se expone historia, definición,
causas, signos y síntomas, fisiopatología, epidemiologia, duración, grupos de
riesgo, conductas, prevención y tratamiento. También se presenta el origen de
la anorexia, en otras palabras porque surge este trastorno y de donde viene.
Palabras
Clave: Anorexia nerviosa, amenorrea, adelgazamiento, pérdida
de apetito, simbiosis
Introducción
La
adolescencia al ser una etapa entre los 12-15 años, es una edad donde son
necesarios los requerimientos dietéticos y nutricionales, ya que es un periodo
de cambios en la talla, distribución de grasa, y desarrollo sexual. Es en esta época cuando comienzan a
presentarse los desordenes alimenticios que generalmente estos son inducidos por
modas, corrientes sociales, exigencias internas/externas
y a menudo por una mezcla, dando como resultado que la anorexia sea uno de los
principales trastornos alimenticios en este periodo de la vida.
La
búsqueda de la delgadez es para ellos, el centro de su vida. Por supuesto que
al fijar como meta esta flacura como una obsesión, quedan excluidos los
principios, cosas y formas de vida que
realmente son importantes y por los cuales deberíamos luchar. Este pensamiento extremo los lleva a una
disciplina muy rígida en la dieta, cuyo éxito le da un sentido a sus vidas y a
su personalidad.
Aunque las mujeres son las más afectadas por
este trastorno psicológico y emocional en un porcentaje de hasta de un 95%, los
hombres también pueden presentar este desorden, ya que la presencia de
problemas alimenticios hoy en día se ha convertido en un problema social.
Esto
realmente es una enfermedad que debe ser parte importante en el estudio de
nuestra formación profesional, ya que las estadísticas arrojan un gran número
de casos desde el nivel primario, agudizándose los problemas en los grados de
secundaria y preparatoria, sin excluir el nivel universitario.
Al revisar estos reportes nos damos cuenta que
entre más pasa el tiempo, aumentan los casos de anorexia en forma descomunal y
esto afecta a una enorme parte de la población juvenil mexicana.
De
hecho los casos registrados, a pesar de ser muchos, no son la realidad que está
viviendo México en estos momentos puesto que al consultar con los especialistas
como los nutriólogos, médicos y
psicólogos, nos informan que esos estimados no corresponden a la realidad que
nos rodea día con día.
Nos
causa una gran preocupación el saber que los jóvenes son los más afectados, ya
que esto produce el deterioro de su salud, lo cual, en muchos casos no les
permitirá vivir una vida sana de adultez y menos en su vejez, puesto que las consecuencias de este tipo de
enfermedad dañan su bienestar, salud y su calidad de vida en ese momento y a
través de los años.
Marco
Teórico
La historia de la
anorexia, se remonta a dos descripciones que se dan a finales del siglo XIX, en Europa; la primera descripción está basada
en el psiquiatra francés Charles Lasegue, el cual empleo la denominación de la
anorexia histérica en París en 1873.
Un año después en
Londres, el médico ingles Sir Wiliam Gull, describió 3 casos y con eso le puso
a la anorexia, “anorexia nerviosa”, este médico se centra en los síntomas
médicos, haciendo hincapié en el deterioro físico de las pacientes.
Definición
Los
llamados comúnmente trastornos de la alimentación son de hecho trastornos de la
conducta que se tienen en relación con la alimentación y que se conocen también
como desórdenes o trastornos del comer, de la ingesta, alimenticios, de la
conducta alimentaria, etc. Entre dichos trastornos los más importantes, por la gravedad que
conllevan, son la anorexia y la bulimia nerviosas, conocidos médicamente como
trastornos alimentarios no específicos
(TANE).
A estos dos últimos se suma, por su relación con la actividad física, la
patología que se denomina vigorexia (obsesión en torno al culto al músculo).
La
palabra anorexia se ha conocido desde siempre como sinónimo de falta de
apetito, aunque posteriormente se ha demostrado que en la enfermedad conocida
como anorexia nerviosa no existe dicha carestía, sino que es una negación a
comer con el único objetivo de no engordar. Por tanto, se trata de un trastorno
socio-psico-biológico de creciente trascendencia sanitaria, cuyo estudio
reviste un indudable valor formativo (Toro y Vilardell, 1989, p. 13). Podríamos
añadir la progresiva trascendencia sociológica tras la alarma social que ha
despertado durante la década de los noventa, por lo que, según Crispo y otros
(1996, p. 19), nos encontramos ante conductas que afectan directamente al
cuerpo, reflejan un cierto tipo de vulnerabilidad individual en cuanto a
personalidad y maduración, y ocurren en una familia con determinadas
características previas a la aparición del trastorno, aunque para otros autores
(Toro y Vilardell, 1989; García Rodríguez, 1993) no siempre es así, y suceden
predominantemente en una sociedad en particular: la postindustrial de fin de
siglo, marcada por una ética y una estética determinadas, la de priorizar la
imagen externa por encima de cualquier otro valor.
Toro
(1999, p. 7) define la anorexia nerviosa como un trastorno del comportamiento
alimentario caracterizado por una pérdida significativa del peso corporal
(superior al 15%), habitualmente fruto de la decisión voluntaria de adelgazar.
García Rodríguez (1993, p. 10) la define como la fobia a la obesidad, con un
deseo irracional de estar delgada y unas alteraciones del control de la
ingesta, acompañada de una grave perturbación secundaria de la mente con
importantes alteraciones de la esfera familiar y social. Para Way (1996, pp.
36-37) es una adicción como cualquier otra, en la cual ser delgada es la
obsesión y perder peso el modo de satisfacerla; de modo que, la base de la
anorexia nerviosa radica en un nivel insuficiente de autoestima, polémica que
gravita en el fondo de muchos problemas psicológicos femeninos, según el
estudio de Tschirhart y Donovan (1985, pp. 14-15).
Determinantes de la anorexia
Según
Garfinkel y Garner (1982), Garfinkel, Garner, Schwartz y Thompson (1990), las
causas de la anorexia son múltiples y resultan de la interacción de factores
propios del individuo, de su familia y de la sociedad, no obstante, cada caso
debe ser examinado de forma individual. Way (1996, p. 38) opina que la causa
fundamental desencadenante de la anorexia es la falta de autoestima personal y
plantea como condición básica para lograr la recuperación de una anoréxica
nerviosa el conseguir desarrollar en ella un saludable sentido de autoapreciación
con el que pueda superar el vacío. Por otro lado, siguiendo a Gismero (1996, p.
14), en el terreno de la clínica, una gran mayoría de trastornos simples o
complejos conllevan, por parte de quienes los padecen, dificultades para
interaccionar adecuadamente con otras personas, por lo que es frecuente
considerar los déficits en habilidades sociales como un elemento concurrente,
cuando no causal, en problemas tan variados como las fobias, la depresión o los
trastornos esquizofrénicos. (Carboles, 1988, p. 4).
La
potencial enferma se encuentra en el conjunto de mujeres púberes de países
desarrollados como el mayor grupo de riesgo (es infrecuente antes de los 12
años y después de los 30), tras el detonante que enciende la enfermedad, como
pueden ser las risas de los compañeros, los comentarios de alguien sobre su
figura, sus deseos de independencia o simplemente que no le gusta alguna parte
o la forma de su cuerpo. Por tales motivos comienza a dejar de comer, al
principio sólo ciertos alimentos (hidratos de carbono y azúcares), después
proteínas, más tarde vitaminas y minerales, hasta caer en un círculo infernal,
del que no podrá salir sin ayuda. Negando la evidencia de su delgadez se
imagina estar obesa, angustia que debe evitar dedicando a ello todos los actos
de su vida. La fobia se ha establecido no sólo con el hecho real de estar
obesa, sino con su imagen mental de estarlo (anoréxicas restrictivas).
Algunos
psiquiatras han hablado de una alteración psicótica del esquema corporal, otros
afirman que en las anoréxicas no hay nada que indique la existencia de una
psicosis, aunque si es comprensible una alteración de la percepción de sí
mismas producida ante la necesidad de seguir practicando, lo que se ha
convertido en su arma favorita contra la angustia, la delgadez. La anoréxica
deifica la delgadez de tal forma, que la enfermedad adquiere un carácter
religioso, en el mismo sentido que lo son las sectas. Estos conceptos, según
García Rodríguez, F. (1993, p. 33), abren una nueva dimensión al abordaje teórico
y terapéutico, que puede servir como eficaz ayuda a la solución de este difícil
problema.
Anorexia nerviosa
Las personas con este trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Es posible que hagan dietas o ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso.
Malher
(op.cit), explica que cuanto más satisfactoria haya sido la conducta de sostén
de la madre y cuanto más dispuesta haya estado para ayudar al bebé a salir de la fase simbiótica, tanto mejor
equipado estará el niño para separarse y para diferenciar las representaciones
simbióticas en las que se fundían el sí mismo y el objeto. La madre suministra
una especie de marco de referencia especular al que se ajusta el sí mismo del
niño.
Winnicott,
también plantea la importancia del cuidado materno en la infancia, para el
posterior desarrollo de un individuo sano. Para Winnicott, “el infante
y el cuidado materno juntos, forman una unidad” (Winnicott, 1993, p.
50). El infante y el cuidado materno se pertenecen recíprocamente y el niño
solo existe gracias al cuidado materno. El yo materno juega un rol crucial ya
que instrumenta el yo del infante y de ese modo le da poder y estabilidad.
Winnicott
(1962, en Anzieu, 2003) señala que junto a las necesidades corporales el niño
presenta necesidades que son satisfechas por una madre “suficientemente buena”.
La privación de las respuestas del entorno a esas necesidades psíquicas
conlleva a trastornos en la diferenciación del Yo y del no-Yo. Al mismo tiempo,
el exceso de respuesta se traduce en un hiperdesarrollo intelectual.
Freud
(1918) plantea como la primera fase sexual reconocible la llamada fase oral o
canibálica, en donde lo que domina es el originario apuntalamiento de la
excitación sexual en la pulsión de nutrición. Freud dice, que en niñas que se
hallan en la época de la pubertad o poco después de ésta, se presenta una
neurosis que expresa la desautorización de lo sexual mediante una anorexia; por
lo tanto para Freud, sería lícito vincularla con esta fase oral de la vida
sexual.
Ardiles
(1983, en Hau, 2002) plantea que autores tales como Deutsh, Waller y Kaufman
atribuyen que el rechazo a la comida y la negación del hambre en pacientes
anoréxicas son defensas ante la fantasía de impregnación y fecundación oral.
Los
síntomas somáticos, especialmente los relacionados con los caracteres sexuales
secundarios, serían propios del rechazo y temor a la propia sexualidad adulta.
Bruch
(1977), explica que en la anorexia es posible encontrar tres áreas de funcionamiento
psicológico perturbado: 1) distorsión en la imagen y concepto corporal; 2)
percepción e interpretación confusa e inexacta de estímulos interoceptivos y 3)
un sentimiento de inefectividad personal. Estos déficits se asociarían a
interacciones y patrones familiares específicos.
Long
y Rodríguez (2002) explican:
“La
madre al no satisfacer y responder adecuadamente a las necesidades de su hija,
le estaría impidiendo el desarrollo y la autonomía. Esto ocurre porque la madre
controla todos los aspectos de la vida de su hija, por lo que el último recurso
que le queda a la niña es ejercer control sobre su propio cuerpo, probándose a
sí misma que ella es capaz de ejercer poder en algún ámbito de su vida, ya que
la madre ha reprimido todo intento de independencia.
Es
a través de la anorexia nerviosa que la niña demuestra esta capacidad de
control”. (p.29)
Selvini
(1963, en Sours, 1972), elabora una teoría del desarrollo que incorpora estos
conceptos. La madre es incapaz de ver a su hija como una persona independiente.
Es sobre protectora, controla excesivamente y se opone a sus intentos de
obtener placer de su cuerpo, siendo la niña recompensada cuando se muestra
sumisa. Las experiencias de la niña son inseparables de las señales de la
madre, lo que conduce a una sensación de ineficacia en el pensamiento y en la
acción. Al no poder cumplir con las tareas a las que se ve enfrentada, la
paciente se deprime siendo el elemento central, el desvalimiento del yo. Según
la autora, la madre no supo permitirle al niño que reconociera sus propias
señales y necesidades.
Para
Sours, (1974, en Urzúa, 1998) las pacientes anoréxicas han estado sujetas a una
madre controladora y dominante que intenta lograr una pasiva sumisión y perfección por parte de la
niña para su propia realización. El poder y el control ejercidos por la madre
omnipotente son muy fuertes e interfieren en forma extraordinaria con la
separación e individuación y con todas las fases del desarrollo de la niña.
Síntomas y signos
· Desaparición de
la menstruación (amenorrea), con alteración del metabolismo de los estrógenos,
que puede llevar a una pérdida de densidad ósea o al desarrollo de osteoporosis
y fracturas.
· Disminución de
la temperatura corporal
· Pérdida de peso
(adelgazamiento)
· Estreñimiento
· Deshidratación
· Caída del pelo
· Alteraciones del
sueño
· Fatiga muscular
· Cambios
radicales de humor
· Obsesión
desmedida por su peso
· Conductas
extrañas en relación a la comida (la esconde, la tira o aplasta, intenta comer
de pié y rápidamente, argumenta que ya ha comido)
· Tendencia al
aislacionismo, alejamiento de los amigos
· Relaciones con
los padres, especialmente con la madre, más complicadas
· Dificultades de
concentración, lo que provoca que el resultado final en sus estudios no se
corresponda con el esfuerzo realizado.
· Pesadez en las
piernas
· Cansancio o mareos
· Disminución en
el número de glóbulos rojos
· Vómitos
· Pérdida de
apetito
· Pancreatitis
· Falla cardiaca
· Perdida de
fluidos
· Hipotermia
· Anomalías del
sistema nervioso
· Complicaciones
renales
· Anomalías
hematológicas
· Deseo de
complacer
· Auto negación
· Introversión
social
· Miedo, ansiedad
o depresión
La persona que
está padeciendo una Anorexia Nerviosa sufre una insoportable sensación de
soledad e incomprensión y, a menudo, deseos de que su vida termine. Dentro de
la Anorexia Nerviosa, existen algunos cuadros peculiares:
• Restrictiva: No aparecen vómitos ni
diarreas provocadas, sólo disminución drástica de la ingesta de alimentos y
ejercicio físico.
• Purgativa y/o purgobulímica: Los
afectados pierden peso y se provocan el vómito con suma facilidad. Lo hacen a
escondidas y mienten sobre su situación, lo que hace menos visible y controlable
la enfermedad. A menudo la práctica del vómito suele ser contagiada por amigas
o por imágenes de series televisivas.
• Cuadro parcial: Es mucho más frecuente
en la adolescencia encontrar cuadros parciales de Anorexia que cuadros totales.
Presentan los mismos síntomas que los anteriores pero con menos intensidad; no
obstante, el paso a cuadros totales es muy frecuente, por lo que también
requiere tratamiento médico inmediato.
• Cuadros atípicos: Son anorexias
involuntarias. La pérdida de peso no se asocia a una necesidad de adelgazar y
no hay causa médica que lo justifique. En muchas ocasiones aparecen vómitos
asociados a una situación que para la persona que la sufre resulta
incomprensible. Suelen ser cuadros complejos y potencialmente graves.
Conductas alimentarias anormales en la anorexia:
· Mal horario en
las comidas
· Evitar alimentos
· Dificultad para
calcular raciones
· Emplear mucho
tiempo en pensar acerca de la comida
· Incapacidad para
comer una dieta adecuada
· Incapacidad para
identificar hambre o saciedad
· Combinaciones de
alimentos inapropiados
· Poca variedad de
comida
· Conductas
rígidas y poco espontaneas durante la comida
· Lentitud en
comer
· Conductas poco
adecuadas en la forma de comer
· Ayudar a
preparar la comida, pero después no participar en comerla
· La persona se
queja reiteradamente de su aspecto físico, se niega a salir y probarse ropa.
· Se evidencian
dificultades en la alimentación que antes no se daban: se niega a comer y
comienza a adelgazar ostensiblemente, lo que prescribe una consulta médica
inmediata.
· Se hace más difícil la convivencia por los
cambios de carácter de la persona y una mayor irritabilidad.
· Se encuentran vómitos.
· Se aprecia debilidad.
En la mayoría de
los casos, son los padres los que antes detectan los síntomas, aunque también
pueden hacerlo los profesores y tutores, por observación propia o por los
comentarios de las amigas/os que se dan cuenta de la situación.
Fisiopatología
Epidemiología
El
aumento de incidencia de la anorexia nerviosa, junto con la repercusión
consiguiente en los profesionales de la salud, ha permitido constatar que
todavía sabemos muy poco acerca de este género de trastornos, según Toro y
Vilardell (1989, p. 12), para quienes entre el 30% y el 40% de las pacientes
anoréxicas recuperan la normalidad; entre el 30% y el 40%, mantiene
sintomatología anoréxica, aunque significativamente mejorada; entre un 10% y un
20%, siguen un cuadro de cronificación del trastorno, y de un 5 a un 10%
fallecen como consecuencia de la enfermedad o por suicidio.
En el mundo occidental,
en este momento, sufren anorexia nerviosa entre el 0,2% al 0,8% de la población
general y entre el 1% y el 2% de las muchachas adolescentes (Toro, 1999, p. 9).
Duración
La anorexia nerviosa es
una enfermedad larga y grave, que puede prolongarse durante varios años e,
incluso, durante toda la vida. Un 60% de los adolescentes afectados se recupera
de la enfermedad totalmente; un 30% lo hace de manera parcial; el 10% seguirá
enfermo durante toda la vida y otro 10% fallecerá antes de 10 años.
Población
y los grupos de riesgo
La
población de riesgo es fundamentalmente femenina: aquellas adolescentes que se
sienten con un peso excesivo y están obsesionadas por adelgazar de manera
drástica y rápida. Aproximadamente un 40% de las jóvenes de 15 años se
consideran gordas y un porcentaje similar están a disgusto con su propio
cuerpo, pero, en realidad, la población con riesgo de padecer anorexia nerviosa
o algún Trastorno de la Conducta Alimentaria es del 10% de las chicas.
En
cuanto a los grupos de riesgo, destacan aquellos en los que las profesiones de
las o los jóvenes recomiendan pesos bajos, incluso por debajo de lo aconsejable
para la salud: artistas, modelos, deportistas, etc.
Igualmente
tendrán más riesgo aquellas/os jóvenes que ya han presentado algún trastorno de
la conducta alimentaria con anterioridad o cuyas madres o hermanas lo han
padecido en algún momento.
Conductas de riesgo
Se
puede decir, en términos generales, que conductas como las siguientes
incrementan el riesgo de padecer Anorexia nerviosa u otro tipo de Trastornos de
la Conducta Alimentaria:
•
Hacer dietas para adelgazar sin supervisión médica y sin conocimiento de los
padres.
•
Provocar el vómito después de la ingesta de comida.
•
Combinar las dietas con ejercicio físico excesivo.
•
Competir con otras adolescentes sobre el adelgazamiento a base de dieta.
•
Saltarse comidas como forma de hacer dieta.
Esta
conducta es especialmente peligrosa, sobre todo cuando es el desayuno el que se
omite.
¿Cómo
se trata la anorexia nerviosa?
El tratamiento de la
anorexia nerviosa es un desafío porque la mayoría de las personas que tienen
este desorden niegan que tienen un problema. Así como todos los desórdenes
alimenticios, la anorexia nerviosa requiere un plan de tratamiento integral que
es adaptado para cubrir las necesidades de cada paciente. Las metas del
tratamiento incluyen devolverle a la persona un peso saludable, tratar
problemas emocionales tales como la baja autoestima, corregir patrones de
pensamiento distorcionados y desarrollar cambios de conducta a largo plazo. El
tratamiento con mayor frecuencia involucra una combinación de las siguientes
estrategias:
Psicoterapia — Este
es un tipo de consejería individual que se enfoca en cambiar el pensamiento
(terapia cognitiva) y la conducta (terapia conductual) de una persona con un
problema alimenticio. El tratamiento incluye técnicas practicas para
desarrollar actitudes saludables hacia la comida y el peso, así como un
aproximamiento para cambiar la manera como una persona responde a situaciones
difíciles.
Medicación —
Ciertas medicinas antidepresivas llamadas inhibidores selectivos de recaptación
de serotonina (SSRIs) podrían ser usadas para ayudar a controlar la ansiedad y
la depresión asociadas con un desorden alimenticio.
Orientación
de Nutrición — Esta estrategia es diseñada para enseñar un enfoque saludable a la
comida y al peso, para ayudar a restablecer patrones normales de alimentación y
para enseñar la importancia de la nutrición y una dieta balanceada.
Terapia
de grupo y/o de familia — El apoyo de la familia
es muy importante para el éxito del tratamiento. Es importante que los miembros
de la familia entiendan el desorden alimenticio y reconozcan sus señales y
síntomas. Las personas con desórdenes alimenticios podrían beneficiarse con la
terapia de grupo ya que pueden encontrar apoyo y podrán discutir abiertamente
sus sentimientos y preocupaciones con otros que comparten experiencias y
problemas comunes.
Hospitalización — La
hospitalización podría ser necesaria para tratar la pérdida de peso severa que
ha dado como resultado la desnutrición y otras serias complicaciones de salud
mental y física, tales como los desórdenes cardíacos, depresión seria y el
riesgo de suicidio. En caso de desnutrición severa se podrían necesitar;
fluídos intravenosos (en la vena), la alimentación a través de una sonda
nasogástrica o una solución total nutricional parenteral (TPN). La TPN es usada
por pacientes que no pueden o no deben obtener su nutrición comiendo.
Prevención en la adolescencia
También en la
adolescencia es fundamental la prevención y el seguimiento de los hábitos de
los jóvenes, especialmente por parte de los padres. Éste es un aspecto esencial
para la detección y el tratamiento precoz de los Trastornos de la Conducta
Alimentaria. Y el primer paso a dar es no engañarse ni cerrar los ojos a la
realidad cuando aparece el problema; hay que hablar con ellos con claridad, no
de sospechas, sino de la certeza de que está ocurriendo algo grave que hay que
atajar lo antes posible. Por esto es tan importante que siempre haya un canal
abierto de comunicación entre los padres y los hijos: hablar de los asuntos
propios es la mejor arma preventiva de la que disponemos.
Igualmente, es
muy importante estar especialmente atentos a la alimentación de los hijos
animándoles a valorar qué comer y dónde comer.
También es
necesario hacer un seguimiento del sueño de los hijos y de los cambios fisiológicos
propios de la adolescencia, especialmente de la menstruación.
Una vez que se
ha detectado el problema, la solución pasa por el control permanente de los
padres: la insistencia en acudir a las visitas médicas, la necesidad de comer
con la/el joven y controlar lo que come, el apoyo psicológico. En definitiva,
se trata de formar un equipo, de unirse todos con el objetivo común de la
curación y con la certeza de que, si el tratamiento es el adecuado y hay
voluntad y perseverancia suficientes, los trastornos se superan.
Discusión
La biblioteca nacional de EE.UU., describe la anorexia como un
trastorno alimentario que lleva a que las personas pierdan más peso, dando como
resultado varios signos y síntomas, en especial las 3 A: anorexia,
adelgazamiento y en el caso de las mujeres la amenorrea.
Thompson menciona que
las causas de la anorexia son múltiples, pero que en especial la desencadena la
baja autoestima, sin embargo Long y Rodríguez, así como Winnicott, Malher y
Sours mencionan que no nada más es el autoestima,
sino la mala relación de la madre con la hija, lo que lleva a que la madre no satisfaga las necesidades de su
hija, por lo que le estaría impidiendo el desarrollo y la autonomía. Esto
ocurre porque la madre controla todos los aspectos de la vida de su hija, por
lo que el último recurso que le queda a la niña es ejercer control sobre su
propio cuerpo, por medio de la anorexia nerviosa, la cual se desarrolla en la
adolescencia, porque se le añaden más factores externos como la cultura,
familia, sociedad y amigos.
Es
importante mencionar las tres
áreas que Bruch nos comenta de la anorexia de
acuerdo al funcionamiento psicológico perturbado: 1) distorsión en la imagen y
concepto corporal; 2) percepción e interpretación confusa e inexacta de
estímulos interoceptivos y 3) un sentimiento de inefectividad personal.
En nuestro articulo enfocado a adolescentes
anoréxicas, hemos encontrado de acuerdo a estadísticas que conforme aumentan
los años, dicho trastorno aumenta, ya que Toro y Vilardell
en 1989, menciona que entre el 30% y el 40% de las pacientes anoréxicas
recuperan la normalidad; entre el 30% y el 40%, mantiene sintomatología
anoréxica, aunque significativamente mejorada; entre un 10% y un 20%, siguen un
cuadro de cronificación del trastorno, y de un 5 a un 10% fallecen como
consecuencia de la enfermedad o por suicidio; pero en el 2007 el sistema de
información de salud se menciona 6,211 entre enero y julio de hombres y mujeres
anoréxicas.
Es difícil mencionar la duración de la anorexia, ya
que cada caso depende de la gravedad en la que dicho trastorno se encuentre, la
cual puede ser restrictiva, purgativa, cuadro parcial o cuadro atípico.
Para tratar la anorexia
nerviosa se combinan estrategias, con el fin de abarcar a al paciente de la
mejor forma y sacarla de dicho trastorno; las estrategias más usadas son
psicoterapia, medicación, orientación de nutrición, terapia de grupo o familia y en el último de
los casos la hospitalización.
Conclusiones
Se ha observado que
diferentes autores coinciden en que la anorexia es un trastorno de la
alimentación, en donde las adolescentes sufren una
negación a comer con el único objetivo de no engordar. Este trastorno se
caracteriza por ser un trastorno socio-psico-biológico de creciente
trascendencia sanitaria.
Actualmente
existen diferentes causas por las cuales la anorexia se puede desarrollar, es
importante que exista una buena relación entre madre-hija, ya que muchas de las
adolescentes que desarrollan este trastorno no muestran una autonomía debido a
que la madre impide el desarrollo de la adolescente.
Todos podemos
intervenir en mayor o menor proporción a cambiar la
frecuencia en que se desarrollan estos trastornos, ya que la adolescente
anoréxica se siente sola, incomprendida, y a menudo, desea que su vida termine.
Por este motivo es importante apoyar a la anoréxica, brindándole un total y
completo apoyo, para que la voluntad de comer de la paciente regrese por sí
sola y no por el control de personas externas a ella.
Los signos y
síntomas de la anorexia nerviosa se pueden determinar fácilmente, por este
motivo es importante observar las conductas que presenta la adolescente y una
vez detectado el comportamiento característico, la solución es crear un vinculo
con la anoréxica y una vez establecido este vinculo acudir a las visitas con
los especialistas en el tema, ya que es un equipo el cual trabaja junto con la
anoréxica para lograr un objetivo en común.
En definitiva, si
el tratamiento se lleva a cabo adecuadamente y sobre todo por la voluntad de la
paciente , así como con una perseverancia suficiente, los trastornos se logran superar.
Agradecimientos: A la Licenciada en
Psicología Amparo Miranda por su apoyo en el trabajo.
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Perpiñá C. Trastornos alimentarios. En: Bellock
A, Sadín B, Ramos F (editores). Manual de Psicopatología. Madrid:
McGraw-Hill/Interamericana de España S.A.;1995
Me ayudo para mi tarea GRACIAS
ResponderEliminarCual es el nombre de la revista?
ResponderEliminarCual es el nombre de la revista?
ResponderEliminarque buen trabajo
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