lunes, 28 de mayo de 2012

ARTICULO ANOREXIA EN ADOLESCENTES: TRASTORNO DE LA ALIMENTACIÓN



ARTICULO ORIGINAL                                                              NUTRICIÓN (México, D.F.) 2012;
                
ANOREXIA EN ADOLESCENTES: TRASTORNO DE LA ALIMENTACIÓN
BERTHA M. ALVAREZ DULCHÉ, MARÍA J. GANCEDO  ARAUJO, MARÍA T. BRAM FALCÓN, MARIELLE MAYORGA OCHOA, RAÚL MANCERA NAVARRETE

Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes, Ciencias de la Salud, (México, D.F.)

Resumen: Los trastornos alimenticios hoy se han convertido en una pandemia. Mucha gente los presenta, en especial la anorexia en adolescentes; se ha visto 4, 235 casos detectados en mujeres adolescentes, en el 2007; las cuales han aumentado a través de los años. Por lo que en este artículo se expone historia, definición, causas, signos y síntomas, fisiopatología, epidemiologia, duración, grupos de riesgo, conductas, prevención y tratamiento. También se presenta el origen de la anorexia, en otras palabras porque surge este trastorno y de donde viene.


Palabras Clave: Anorexia nerviosa, amenorrea, adelgazamiento, pérdida de apetito, simbiosis


Introducción
                         
La adolescencia al ser una etapa entre los 12-15 años, es una edad donde son necesarios los requerimientos dietéticos y nutricionales, ya que es un periodo de cambios en la talla, distribución de grasa, y desarrollo sexual.     Es en esta época cuando comienzan a presentarse los desordenes alimenticios que generalmente estos son inducidos por modas, corrientes sociales,  exigencias internas/externas y a menudo por una mezcla, dando como resultado que la anorexia sea uno de los principales trastornos alimenticios en este periodo de la vida.

La búsqueda de la delgadez es para ellos, el centro de su vida. Por supuesto que al fijar como meta esta flacura como una obsesión, quedan excluidos los principios, cosas y  formas de vida que realmente son importantes y por los cuales deberíamos luchar.      Este pensamiento extremo los lleva a una disciplina muy rígida en la dieta, cuyo éxito le da un sentido a sus vidas y a su personalidad.

 Aunque las mujeres son las más afectadas por este trastorno psicológico y emocional en un porcentaje de hasta de un 95%, los hombres también pueden presentar este desorden, ya que la presencia de problemas alimenticios hoy en día se ha convertido en un problema social.
           
Esto realmente es una enfermedad que debe ser parte importante en el estudio de nuestra formación profesional, ya que las estadísticas arrojan un gran número de casos desde el nivel primario, agudizándose los problemas en los grados de secundaria y preparatoria, sin excluir el nivel universitario.   

 Al revisar estos reportes nos damos cuenta que entre más pasa el tiempo, aumentan los casos de anorexia en forma descomunal y esto afecta a una enorme parte de la población juvenil mexicana.

De hecho los casos registrados, a pesar de ser muchos, no son la realidad que está viviendo México en estos momentos puesto que al consultar con los especialistas como los nutriólogos, médicos y psicólogos, nos informan que esos estimados no corresponden a la realidad que nos rodea día con día.
      
Nos causa una gran preocupación el saber que los jóvenes son los más afectados, ya que esto produce el deterioro de su salud, lo cual, en muchos casos no les permitirá vivir una vida sana de adultez y menos en su vejez,  puesto que las consecuencias de este tipo de enfermedad dañan su bienestar, salud y su calidad de vida en ese momento y a través de los años.

Marco Teórico

La historia de la anorexia, se remonta a dos descripciones que se dan a finales del siglo XIX,  en Europa; la primera descripción está basada en el psiquiatra francés Charles Lasegue, el cual empleo la denominación de la anorexia histérica en París en 1873.  

Un año después en Londres, el médico ingles Sir Wiliam Gull, describió 3 casos y con eso le puso a la anorexia, “anorexia nerviosa”, este médico se centra en los síntomas médicos, haciendo hincapié en el deterioro físico de las pacientes.



Definición

Los llamados comúnmente trastornos de la alimentación son de hecho trastornos de la conducta que se tienen en relación con la alimentación y que se conocen también como desórdenes o trastornos del comer, de la ingesta, alimenticios, de la conducta alimentaria, etc. Entre dichos trastornos  los más importantes, por la gravedad que conllevan, son la anorexia y la bulimia nerviosas, conocidos médicamente como trastornos alimentarios no específicos
(TANE). A estos dos últimos se suma, por su relación con la actividad física, la patología que se denomina vigorexia (obsesión en torno al culto al músculo).

La palabra anorexia se ha conocido desde siempre como sinónimo de falta de apetito, aunque posteriormente se ha demostrado que en la enfermedad conocida como anorexia nerviosa no existe dicha carestía, sino que es una negación a comer con el único objetivo de no engordar. Por tanto, se trata de un trastorno socio-psico-biológico de creciente trascendencia sanitaria, cuyo estudio reviste un indudable valor formativo (Toro y Vilardell, 1989, p. 13). Podríamos añadir la progresiva trascendencia sociológica tras la alarma social que ha despertado durante la década de los noventa, por lo que, según Crispo y otros (1996, p. 19), nos encontramos ante conductas que afectan directamente al cuerpo, reflejan un cierto tipo de vulnerabilidad individual en cuanto a personalidad y maduración, y ocurren en una familia con determinadas características previas a la aparición del trastorno, aunque para otros autores (Toro y Vilardell, 1989; García Rodríguez, 1993) no siempre es así, y suceden predominantemente en una sociedad en particular: la postindustrial de fin de siglo, marcada por una ética y una estética determinadas, la de priorizar la imagen externa por encima de cualquier otro valor.

Toro (1999, p. 7) define la anorexia nerviosa como un trastorno del comportamiento alimentario caracterizado por una pérdida significativa del peso corporal (superior al 15%), habitualmente fruto de la decisión voluntaria de adelgazar. García Rodríguez (1993, p. 10) la define como la fobia a la obesidad, con un deseo irracional de estar delgada y unas alteraciones del control de la ingesta, acompañada de una grave perturbación secundaria de la mente con importantes alteraciones de la esfera familiar y social. Para Way (1996, pp. 36-37) es una adicción como cualquier otra, en la cual ser delgada es la obsesión y perder peso el modo de satisfacerla; de modo que, la base de la anorexia nerviosa radica en un nivel insuficiente de autoestima, polémica que gravita en el fondo de muchos problemas psicológicos femeninos, según el estudio de Tschirhart y Donovan (1985, pp. 14-15).


Determinantes de la anorexia

Según Garfinkel y Garner (1982), Garfinkel, Garner, Schwartz y Thompson (1990), las causas de la anorexia son múltiples y resultan de la interacción de factores propios del individuo, de su familia y de la sociedad, no obstante, cada caso debe ser examinado de forma individual. Way (1996, p. 38) opina que la causa fundamental desencadenante de la anorexia es la falta de autoestima personal y plantea como condición básica para lograr la recuperación de una anoréxica nerviosa el conseguir desarrollar en ella un saludable sentido de autoapreciación con el que pueda superar el vacío. Por otro lado, siguiendo a Gismero (1996, p. 14), en el terreno de la clínica, una gran mayoría de trastornos simples o complejos conllevan, por parte de quienes los padecen, dificultades para interaccionar adecuadamente con otras personas, por lo que es frecuente considerar los déficits en habilidades sociales como un elemento concurrente, cuando no causal, en problemas tan variados como las fobias, la depresión o los trastornos esquizofrénicos. (Carboles, 1988, p. 4).

La potencial enferma se encuentra en el conjunto de mujeres púberes de países desarrollados como el mayor grupo de riesgo (es infrecuente antes de los 12 años y después de los 30), tras el detonante que enciende la enfermedad, como pueden ser las risas de los compañeros, los comentarios de alguien sobre su figura, sus deseos de independencia o simplemente que no le gusta alguna parte o la forma de su cuerpo. Por tales motivos comienza a dejar de comer, al principio sólo ciertos alimentos (hidratos de carbono y azúcares), después proteínas, más tarde vitaminas y minerales, hasta caer en un círculo infernal, del que no podrá salir sin ayuda. Negando la evidencia de su delgadez se imagina estar obesa, angustia que debe evitar dedicando a ello todos los actos de su vida. La fobia se ha establecido no sólo con el hecho real de estar obesa, sino con su imagen mental de estarlo (anoréxicas restrictivas).

Algunos psiquiatras han hablado de una alteración psicótica del esquema corporal, otros afirman que en las anoréxicas no hay nada que indique la existencia de una psicosis, aunque si es comprensible una alteración de la percepción de sí mismas producida ante la necesidad de seguir practicando, lo que se ha convertido en su arma favorita contra la angustia, la delgadez. La anoréxica deifica la delgadez de tal forma, que la enfermedad adquiere un carácter religioso, en el mismo sentido que lo son las sectas. Estos conceptos, según García Rodríguez, F. (1993, p. 33), abren una nueva dimensión al abordaje teórico y terapéutico, que puede servir como eficaz ayuda a la solución de este difícil problema.

Anorexia nerviosa

La biblioteca nacional de medicina de EE.UU., Medline plus, describe la anorexia nerviosa como un trastorno alimentario que lleva a que las personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura.
Las personas con este trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Es posible que hagan dietas o ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso.

Relación Madre-Hija en Anorexia Nerviosa

Malher (op.cit), explica que cuanto más satisfactoria haya sido la conducta de sostén de la madre y cuanto más dispuesta haya estado para ayudar al bebé a salir de la fase simbiótica, tanto mejor equipado estará el niño para separarse y para diferenciar las representaciones simbióticas en las que se fundían el sí mismo y el objeto. La madre suministra una especie de marco de referencia especular al que se ajusta el sí mismo del niño.

Winnicott, también plantea la importancia del cuidado materno en la infancia, para el posterior desarrollo de un individuo sano. Para Winnicott, “el infante y el cuidado materno juntos, forman una unidad” (Winnicott, 1993, p. 50). El infante y el cuidado materno se pertenecen recíprocamente y el niño solo existe gracias al cuidado materno. El yo materno juega un rol crucial ya que instrumenta el yo del infante y de ese modo le da poder y estabilidad.

Winnicott (1962, en Anzieu, 2003) señala que junto a las necesidades corporales el niño presenta necesidades que son satisfechas por una madre “suficientemente buena”. La privación de las respuestas del entorno a esas necesidades psíquicas conlleva a trastornos en la diferenciación del Yo y del no-Yo. Al mismo tiempo, el exceso de respuesta se traduce en un hiperdesarrollo intelectual.

Freud (1918) plantea como la primera fase sexual reconocible la llamada fase oral o canibálica, en donde lo que domina es el originario apuntalamiento de la excitación sexual en la pulsión de nutrición. Freud dice, que en niñas que se hallan en la época de la pubertad o poco después de ésta, se presenta una neurosis que expresa la desautorización de lo sexual mediante una anorexia; por lo tanto para Freud, sería lícito vincularla con esta fase oral de la vida sexual.

Ardiles (1983, en Hau, 2002) plantea que autores tales como Deutsh, Waller y Kaufman atribuyen que el rechazo a la comida y la negación del hambre en pacientes anoréxicas son defensas ante la fantasía de impregnación y fecundación oral.
Los síntomas somáticos, especialmente los relacionados con los caracteres sexuales secundarios, serían propios del rechazo y temor a la propia sexualidad adulta.

Bruch (1977), explica que en la anorexia es posible encontrar tres áreas de funcionamiento psicológico perturbado: 1) distorsión en la imagen y concepto corporal; 2) percepción e interpretación confusa e inexacta de estímulos interoceptivos y 3) un sentimiento de inefectividad personal. Estos déficits se asociarían a interacciones y patrones familiares específicos.

Long y Rodríguez (2002) explican:
“La madre al no satisfacer y responder adecuadamente a las necesidades de su hija, le estaría impidiendo el desarrollo y la autonomía. Esto ocurre porque la madre controla todos los aspectos de la vida de su hija, por lo que el último recurso que le queda a la niña es ejercer control sobre su propio cuerpo, probándose a sí misma que ella es capaz de ejercer poder en algún ámbito de su vida, ya que la madre ha reprimido todo intento de independencia.
Es a través de la anorexia nerviosa que la niña demuestra esta capacidad de control”. (p.29)

Selvini (1963, en Sours, 1972), elabora una teoría del desarrollo que incorpora estos conceptos. La madre es incapaz de ver a su hija como una persona independiente. Es sobre protectora, controla excesivamente y se opone a sus intentos de obtener placer de su cuerpo, siendo la niña recompensada cuando se muestra sumisa. Las experiencias de la niña son inseparables de las señales de la madre, lo que conduce a una sensación de ineficacia en el pensamiento y en la acción. Al no poder cumplir con las tareas a las que se ve enfrentada, la paciente se deprime siendo el elemento central, el desvalimiento del yo. Según la autora, la madre no supo permitirle al niño que reconociera sus propias señales y necesidades.

Para Sours, (1974, en Urzúa, 1998) las pacientes anoréxicas han estado sujetas a una madre controladora y dominante que intenta lograr una  pasiva sumisión y perfección por parte de la niña para su propia realización. El poder y el control ejercidos por la madre omnipotente son muy fuertes e interfieren en forma extraordinaria con la separación e individuación y con todas las fases del desarrollo de la niña.

Síntomas y signos

·      Desaparición de la menstruación (amenorrea), con alteración del metabolismo de los estrógenos, que puede llevar a una pérdida de densidad ósea o al desarrollo de osteoporosis y fracturas.
·      Disminución de la temperatura corporal
·      Pérdida de peso (adelgazamiento)
·       Estreñimiento
·       Deshidratación
·      Caída del pelo
·      Alteraciones del sueño
·      Fatiga muscular
·      Cambios radicales de humor
·      Obsesión desmedida por su peso
·      Conductas extrañas en relación a la comida (la esconde, la tira o aplasta, intenta comer de pié y rápidamente, argumenta que ya ha comido)
·      Tendencia al aislacionismo, alejamiento de los amigos
·      Relaciones con los padres, especialmente con la madre, más complicadas
·      Dificultades de concentración, lo que provoca que el resultado final en sus estudios no se corresponda con el esfuerzo realizado.
·      Pesadez en las piernas
·      Cansancio o mareos
·      Disminución en el número de glóbulos rojos
·      Vómitos
·      Pérdida de apetito
·      Pancreatitis
·      Falla cardiaca
·      Perdida de fluidos
·      Hipotermia
·      Anomalías del sistema nervioso
·      Complicaciones renales
·      Anomalías hematológicas
·      Deseo de complacer
·      Auto negación
·      Introversión social
·      Miedo, ansiedad o depresión

La persona que está padeciendo una Anorexia Nerviosa sufre una insoportable sensación de soledad e incomprensión y, a menudo, deseos de que su vida termine. Dentro de la Anorexia Nerviosa, existen algunos cuadros peculiares:

• Restrictiva: No aparecen vómitos ni diarreas provocadas, sólo disminución drástica de la ingesta de alimentos y ejercicio físico.

• Purgativa y/o purgobulímica: Los afectados pierden peso y se provocan el vómito con suma facilidad. Lo hacen a escondidas y mienten sobre su situación, lo que hace menos visible y controlable la enfermedad. A menudo la práctica del vómito suele ser contagiada por amigas o por imágenes de series televisivas.

• Cuadro parcial: Es mucho más frecuente en la adolescencia encontrar cuadros parciales de Anorexia que cuadros totales. Presentan los mismos síntomas que los anteriores pero con menos intensidad; no obstante, el paso a cuadros totales es muy frecuente, por lo que también requiere tratamiento médico inmediato.

• Cuadros atípicos: Son anorexias involuntarias. La pérdida de peso no se asocia a una necesidad de adelgazar y no hay causa médica que lo justifique. En muchas ocasiones aparecen vómitos asociados a una situación que para la persona que la sufre resulta incomprensible. Suelen ser cuadros complejos y potencialmente graves.

Conductas alimentarias anormales en la anorexia:
·      Mal horario en las comidas
·      Evitar alimentos
·      Dificultad para calcular raciones
·      Emplear mucho tiempo en pensar acerca de la comida
·      Incapacidad para comer una dieta adecuada
·      Incapacidad para identificar hambre o saciedad
·      Combinaciones de alimentos inapropiados
·      Poca variedad de comida
·      Conductas rígidas y poco espontaneas durante la comida
·      Lentitud en comer
·      Conductas poco adecuadas en la forma de comer
·      Ayudar a preparar la comida, pero después no participar en comerla
·      La persona se queja reiteradamente de su aspecto físico, se niega a salir y probarse ropa.
·      Se evidencian dificultades en la alimentación que antes no se daban: se niega a comer y comienza a adelgazar ostensiblemente, lo que prescribe una consulta médica inmediata.
·       Se hace más difícil la convivencia por los cambios de carácter de la persona y una mayor irritabilidad.
·       Se encuentran vómitos.
·       Se aprecia debilidad.

En la mayoría de los casos, son los padres los que antes detectan los síntomas, aunque también pueden hacerlo los profesores y tutores, por observación propia o por los comentarios de las amigas/os que se dan cuenta de la situación.

Fisiopatología
Epidemiología
El aumento de incidencia de la anorexia nerviosa, junto con la repercusión consiguiente en los profesionales de la salud, ha permitido constatar que todavía sabemos muy poco acerca de este género de trastornos, según Toro y Vilardell (1989, p. 12), para quienes entre el 30% y el 40% de las pacientes anoréxicas recuperan la normalidad; entre el 30% y el 40%, mantiene sintomatología anoréxica, aunque significativamente mejorada; entre un 10% y un 20%, siguen un cuadro de cronificación del trastorno, y de un 5 a un 10% fallecen como consecuencia de la enfermedad o por suicidio.
En el mundo occidental, en este momento, sufren anorexia nerviosa entre el 0,2% al 0,8% de la población general y entre el 1% y el 2% de las muchachas adolescentes (Toro, 1999, p. 9).
Duración

La anorexia nerviosa es una enfermedad larga y grave, que puede prolongarse durante varios años e, incluso, durante toda la vida. Un 60% de los adolescentes afectados se recupera de la enfermedad totalmente; un 30% lo hace de manera parcial; el 10% seguirá enfermo durante toda la vida y otro 10% fallecerá antes de 10 años.

Población y los grupos de riesgo

La población de riesgo es fundamentalmente femenina: aquellas adolescentes que se sienten con un peso excesivo y están obsesionadas por adelgazar de manera drástica y rápida. Aproximadamente un 40% de las jóvenes de 15 años se consideran gordas y un porcentaje similar están a disgusto con su propio cuerpo, pero, en realidad, la población con riesgo de padecer anorexia nerviosa o algún Trastorno de la Conducta Alimentaria es del 10% de las chicas.
En cuanto a los grupos de riesgo, destacan aquellos en los que las profesiones de las o los jóvenes recomiendan pesos bajos, incluso por debajo de lo aconsejable para la salud: artistas, modelos, deportistas, etc.
Igualmente tendrán más riesgo aquellas/os jóvenes que ya han presentado algún trastorno de la conducta alimentaria con anterioridad o cuyas madres o hermanas lo han padecido en algún momento.

Conductas de riesgo

Se puede decir, en términos generales, que conductas como las siguientes incrementan el riesgo de padecer Anorexia nerviosa u otro tipo de Trastornos de la Conducta Alimentaria:
• Hacer dietas para adelgazar sin supervisión médica y sin conocimiento de los padres.
• Provocar el vómito después de la ingesta de comida.
• Combinar las dietas con ejercicio físico excesivo.
• Competir con otras adolescentes sobre el adelgazamiento a base de dieta.
• Saltarse comidas como forma de hacer dieta.
Esta conducta es especialmente peligrosa, sobre todo cuando es el desayuno el que se omite.

¿Cómo se trata la anorexia nerviosa?
El tratamiento de la anorexia nerviosa es un desafío porque la mayoría de las personas que tienen este desorden niegan que tienen un problema. Así como todos los desórdenes alimenticios, la anorexia nerviosa requiere un plan de tratamiento integral que es adaptado para cubrir las necesidades de cada paciente. Las metas del tratamiento incluyen devolverle a la persona un peso saludable, tratar problemas emocionales tales como la baja autoestima, corregir patrones de pensamiento distorcionados y desarrollar cambios de conducta a largo plazo. El tratamiento con mayor frecuencia involucra una combinación de las siguientes estrategias:
Psicoterapia — Este es un tipo de consejería individual que se enfoca en cambiar el pensamiento (terapia cognitiva) y la conducta (terapia conductual) de una persona con un problema alimenticio. El tratamiento incluye técnicas practicas para desarrollar actitudes saludables hacia la comida y el peso, así como un aproximamiento para cambiar la manera como una persona responde a situaciones difíciles.
Medicación — Ciertas medicinas antidepresivas llamadas inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (SSRIs) podrían ser usadas para ayudar a controlar la ansiedad y la depresión asociadas con un desorden alimenticio.
Orientación de Nutrición — Esta estrategia es diseñada para enseñar un enfoque saludable a la comida y al peso, para ayudar a restablecer patrones normales de alimentación y para enseñar la importancia de la nutrición y una dieta balanceada.
Terapia de grupo y/o de familia — El apoyo de la familia es muy importante para el éxito del tratamiento. Es importante que los miembros de la familia entiendan el desorden alimenticio y reconozcan sus señales y síntomas. Las personas con desórdenes alimenticios podrían beneficiarse con la terapia de grupo ya que pueden encontrar apoyo y podrán discutir abiertamente sus sentimientos y preocupaciones con otros que comparten experiencias y problemas comunes.
Hospitalización — La hospitalización podría ser necesaria para tratar la pérdida de peso severa que ha dado como resultado la desnutrición y otras serias complicaciones de salud mental y física, tales como los desórdenes cardíacos, depresión seria y el riesgo de suicidio. En caso de desnutrición severa se podrían necesitar; fluídos intravenosos (en la vena), la alimentación a través de una sonda nasogástrica o una solución total nutricional parenteral (TPN). La TPN es usada por pacientes que no pueden o no deben obtener su nutrición comiendo.

Prevención en la adolescencia

También en la adolescencia es fundamental la prevención y el seguimiento de los hábitos de los jóvenes, especialmente por parte de los padres. Éste es un aspecto esencial para la detección y el tratamiento precoz de los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Y el primer paso a dar es no engañarse ni cerrar los ojos a la realidad cuando aparece el problema; hay que hablar con ellos con claridad, no de sospechas, sino de la certeza de que está ocurriendo algo grave que hay que atajar lo antes posible. Por esto es tan importante que siempre haya un canal abierto de comunicación entre los padres y los hijos: hablar de los asuntos propios es la mejor arma preventiva de la que disponemos.
Igualmente, es muy importante estar especialmente atentos a la alimentación de los hijos animándoles a valorar qué comer y dónde comer.
También es necesario hacer un seguimiento del sueño de los hijos y de los cambios fisiológicos propios de la adolescencia, especialmente de la menstruación.
Una vez que se ha detectado el problema, la solución pasa por el control permanente de los padres: la insistencia en acudir a las visitas médicas, la necesidad de comer con la/el joven y controlar lo que come, el apoyo psicológico. En definitiva, se trata de formar un equipo, de unirse todos con el objetivo común de la curación y con la certeza de que, si el tratamiento es el adecuado y hay voluntad y perseverancia suficientes, los trastornos se superan.

Discusión
La biblioteca nacional de EE.UU., describe la anorexia como un trastorno alimentario que lleva a que las personas pierdan más peso, dando como resultado varios signos y síntomas, en especial las 3 A: anorexia, adelgazamiento y en el caso de las mujeres la amenorrea.
Thompson menciona que las causas de la anorexia son múltiples, pero que en especial la desencadena la baja autoestima, sin embargo Long y Rodríguez, así como Winnicott, Malher y Sours mencionan que  no nada más es el autoestima, sino la mala relación de la madre con la hija, lo que lleva a que la madre no satisfaga las necesidades de su hija, por lo que le estaría impidiendo el desarrollo y la autonomía. Esto ocurre porque la madre controla todos los aspectos de la vida de su hija, por lo que el último recurso que le queda a la niña es ejercer control sobre su propio cuerpo, por medio de la anorexia nerviosa, la cual se desarrolla en la adolescencia, porque se le añaden más factores externos como la cultura, familia, sociedad y amigos.

Es  importante mencionar  las tres áreas que Bruch nos comenta de la anorexia de acuerdo al funcionamiento psicológico perturbado: 1) distorsión en la imagen y concepto corporal; 2) percepción e interpretación confusa e inexacta de estímulos interoceptivos y 3) un sentimiento de inefectividad personal.

En nuestro articulo enfocado a adolescentes anoréxicas, hemos encontrado de acuerdo a estadísticas que conforme aumentan los años, dicho trastorno aumenta, ya que Toro y Vilardell en 1989, menciona que entre el 30% y el 40% de las pacientes anoréxicas recuperan la normalidad; entre el 30% y el 40%, mantiene sintomatología anoréxica, aunque significativamente mejorada; entre un 10% y un 20%, siguen un cuadro de cronificación del trastorno, y de un 5 a un 10% fallecen como consecuencia de la enfermedad o por suicidio; pero en el 2007 el sistema de información de salud se menciona 6,211 entre enero y julio de hombres y mujeres anoréxicas.

Es difícil mencionar la duración de la anorexia, ya que cada caso depende de la gravedad en la que dicho trastorno se encuentre, la cual puede ser restrictiva, purgativa, cuadro parcial o cuadro atípico.

Para tratar la anorexia nerviosa se combinan estrategias, con el fin de abarcar a al paciente de la mejor forma y sacarla de dicho trastorno; las estrategias más usadas son psicoterapia, medicación, orientación de nutrición,  terapia de grupo o familia y en el último de los casos la hospitalización.

Conclusiones
Se ha observado que diferentes autores coinciden en que la anorexia es un trastorno de la alimentación, en donde las adolescentes sufren una negación a comer con el único objetivo de no engordar. Este trastorno se caracteriza por ser un trastorno socio-psico-biológico de creciente trascendencia sanitaria.

Actualmente existen diferentes causas por las cuales la anorexia se puede desarrollar, es importante que exista una buena relación entre madre-hija, ya que muchas de las adolescentes que desarrollan este trastorno no muestran una autonomía debido a que la madre impide el desarrollo de la adolescente.

Todos podemos intervenir en mayor o menor proporción a cambiar la frecuencia en que se desarrollan estos trastornos, ya que la adolescente anoréxica se siente sola, incomprendida, y a menudo, desea que su vida termine. Por este motivo es importante apoyar a la anoréxica, brindándole un total y completo apoyo, para que la voluntad de comer de la paciente regrese por sí sola y no por el control de personas externas a ella.

Los signos y síntomas de la anorexia nerviosa se pueden determinar fácilmente, por este motivo es importante observar las conductas que presenta la adolescente y una vez detectado el comportamiento característico, la solución es crear un vinculo con la anoréxica y una vez establecido este vinculo acudir a las visitas con los especialistas en el tema, ya que es un equipo el cual trabaja junto con la anoréxica para lograr un objetivo en común.

En definitiva, si el tratamiento se lleva a cabo adecuadamente y sobre todo por la voluntad de la paciente , así como con una perseverancia suficiente, los trastornos se logran superar.


Agradecimientos: A la Licenciada en Psicología Amparo Miranda por su apoyo en el trabajo.
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